viernes, 27 de junio de 2014

EL MILAGRO GRIEGO: HERÁCLITO


           “Todo fluye, todo cambia, nada es permanente”
Heráclito

 

       Nació en Efeso (hoy Turquía) en el 535 a.C. y falleció en el 475 a.C. Junto con Parménides fue uno de los dos filósofos presocráticos más importantes. Se cree que fue alumno de Jenófanes[1] pero no tenían una relación formal de maestro-discípulo, por el modo en que Heráclito lo criticaba; o pudo ser alumno del pitagórico expulsado Hipaso de Metaponto. Es posible que no haya tenido maestros y aprendiera todo por sí solo. Heráclito despreciaba al hombre común y se expresaba de modo oracular para dificultar la comprensión de sus ideas. Lo apodaron “El Oscuro” por su misantropía y por su estilo y carácter enigmáticos. Si bien de joven se quejaba de saber poco, de adulto decía que su ciencia era universal y que nada se le ocultaba. Sólo se conservan fragmentos de él.
     Afirmó que el universo es único y finito. Para él la realidad es un devenir perpetuo, por lo que propuso al fuego como el principio natural, no en un sentido literal, sino metafóricamente. Para Heráclito el devenir no es irracional y el logos es la razón, la realidad, la armonía universal. Lo importante para él no es el cambio en sí, sino la medida y la causa del cambio. Dicho a su manera:

"Este cosmos, el mismo para todos, no lo hizo ninguno de los dioses ni ninguno de los hombres, sino que siempre fue, es y será fuego eternamente vivo, que se enciende según medida y se apaga según medida"

     Debido a este constante fluir, el logos, la realidad de las cosas, no se ve de inmediato, sino hay que interpretarlo a partir de los sentidos, ya que, como dijo Heráclito:

"La naturaleza aprecia el ocultarse"

    Ese logos o razón universal abarca el universo en el alma del hombre, pero su absoluta comprensión sólo es un ideal para el filósofo. En sus palabras:

"No hallarás los límites del alma, no importa la dirección que sigas, tan profunda es su razón"

    Fue el primer pensador en quien vemos la auténtica inquietud filosófica. Por todo esto podemos decir que, en occidente, Heráclito es el padre de la dialéctica, considerada ésta como el arte de la conversación o argumentación, análoga a la lógica actual, para discutir mediante el intercambio de razonamientos. Influyó directamente en los sofistas, quienes exageraron el extremo relativista de las ideas heraclíteas con objeto de enseñar y cobrar por sus lecciones, no ocupándose tanto por la investigación y la búsqueda de la verdad, sino más bien por satisfacer las necesidades inmediatas de quienes los contrataban. Debido a las críticas, sobre todo por parte de Platón y de Aristóteles, la escuela sofista ha sido menospreciada por siglos y actualmente el término sofista tiene sentido peyorativo, si bien algunos de ellos, como Hipias[1], Protágoras[2] y Gorgias[3], alcanzaron verdadera jerarquía de filósofos.
      Heráclito afirmó que el universo está formado por contrarios y dijo que si no fuese por la enfermedad no valoraríamos la salud, y si no fuese por el trabajo no conoceríamos el descanso. Para él los contrarios están en perpetua oposición formando una pluralidad, la cual es condición del devenir y del equilibrio del cosmos. Expresado en su propio estilo:

"Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, abundancia y hambre"

     Criticó al politeísmo antropomórfico, a las prácticas religiosas tradicionales y a los mitos y fábulas que se utilizaban para educar en sus tiempos, sosteniendo que el hombre es el único responsable de sus actos y de su destino. Dicho a su modo:

"El alma se tiñe del color de sus pensamientos. El contenido de tu carácter lo eliges tú. Día a día, lo que eliges, lo que piensas y lo que haces, es en lo que te conviertes. Tu integridad es tu destino, es la luz que guía tu camino"

       Poco se sabe con certeza sobre la vida de este filósofo debido a los rumores inventados para ridiculizarlo por gente que lo envidiaba por su sabiduría o simplemente lo despreciaba por su personalidad pesimista, distanciada y altiva. Sus ideas políticas eran opuestas a las de su ciudad, más aún luego de que los efesios expulsaran a su amigo Hermodoro. Cuando se le propuso componer leyes para Efeso prefirió quedarse jugando a los dados con unos muchachos en el templo de Artemisa, sosteniendo la inutilidad de dicha tarea, debido a que la ciudad ya estaba demasiado corrompida por las malas costumbres y por un mal gobierno. Harto de la sociedad se fue a vivir a las montañas donde se alimentó de hierbas. Finalmente enfermó de hidropesía (retención de líquido en los tejidos) pero nadie hizo nada por salvarlo porque, como era su costumbre, comunicó sus males en tono crítico y enigmático. Se cree que él mismo se enterró en estiércol, esperando que éste absorbiera el exceso de líquido de su cuerpo. Algunos dicen que murió de hidropesía, otros que se curó y luego falleció a causa de otra enfermedad, y hasta se ha dicho que, luego de enterrarse en estiércol, unos perros no lo reconocieron y lo mataron.

Se llama El río de Heráclito a su siguiente pensamiento paradójico:

En los mismos ríos entramos y no entramos, somos y no somos.

Una versión más comprensible es:

Ningún hombre puede cruzar dos veces un mismo río, pues la segunda vez el río no será el mismo, como tampoco lo será el hombre.

Otras conocidas frases de él son:

“Si no esperas lo inesperado, no lo reconocerás cuando llegue”

“A grandes penas, mayores recompensas”

"No está bien ocultar la propia ignorancia, sino descubrirla y ponerle remedio"

“En el círculo se confunden el principio y el fin”

“Nada es permanente excepto el cambio”.

    Si bien Heráclito no fue muy comprendido en su época, en los últimos siglos ha sido revalorizado, lo que ha llevado a muchas rectificaciones en la historia de la filosofía. Sus ideas han sido revividas por filósofos como Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger, científicos como Edward Lorenz y René Thom y escritores como Jorge Luis Borges y Julio Cortázar. Su doctrina es muy estudiada en la actualidad y numerosas ideas científicas modernas pueden ser relacionadas con sus pensamientos, como la teoría del caos, la teoría de las catástrofes de los sistemas dinámicos, la geometría fractal, la evolución de las especies y hasta la hipótesis del eterno retorno universal.



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[1] Filósofo y poeta. Nació alrededor del 570 a.C. y falleció alrededor del 470 a.C. Más que por buscar explicaciones racionales del mundo natural, se interesó por la teología. No aceptaba el antropomorfismo de los dioses griegos y es probable que haya sido monoteísta. Algunos afirman que sostenía que la tierra es el origen y el fin de todas las cosas, o bien que lo son la tierra y el mar (o lo seco y lo húmedo); otros opinan que, si bien habló de esta mezcla, no la consideró un sentido literal, sino que para él no hay un principio fundamental.

[2] Nació alrededor del 480 a.C. Famoso por inventar la mnemotecnia, creación de métodos para mejorar la memoria. Su talento no consistía en ofrecer conocimiento, sino en dar armas para la argumentación. Hizo además aportes a la literatura, realizando estudios del significado de las palabras y el valor del ritmo.

[3] (485-411 a.C.) Sostuvo el principio denominado homo mensura, esto es: “el hombre es la medida de todas las cosas”, lo que eliminaría toda validez objetiva, sea en la esfera del conocimiento o en la de la conducta, ya que todo es relativo al sujeto: una cosa será verdadera, justa, buena o bella para quien le parezca serlo, y será falsa, injusta, mala o fea para quien no le parezca.

[4] (483-375 a.C.) este longevo sofista resumió su pensamiento en tres principios: “1°: Nada existe, 2°: Si algo existiese, el hombre no lo podría conocer, 3°: Si se lo pudiese conocer, ese conocimiento sería inexplicable e incomunicable a los demás”. Era, por lo tanto, un filósofo nihilista, un escéptico. A pesar de todo esto era muy respetado y cobraba muy caras sus lecciones.


2 comentarios:

  1. Excelente e interesante ensayo, mi estimado Federico, yo en lo particular coincido en muchos puntos con Heráclito en su "visión" del universo y la dualidad de las cosas así como en otros puntos referentes a las paradojas de la vida. Pienso que la dialéctica es un campo para la mente, pero que necesita del apoyo del sentimiento proveniente del alma, ya que sin esto dejamos aun lado la humanidad en los conceptos y nos asemejaríamos a máquinas que razonan con lógica pura. Te felicito por este trabajo. Un abrazo! 

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    1. Me alegro de que te gustara mi pequeño ensayo y de saber que también disfrutás, como yo, de este tipo de lecturas. Es cierto lo que decís, y precisamente Heráclito fue el primero que habló sobre las inquietudes a las que se enfrenta el hombre cuando intenta comprender el universo, sentimientos sin los cuales la filosofía sería mecánica.
      ¡Abrazo grande, Alonso!

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